Los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 fueron, a pesar del boicot al que fue sometido por el imperialismo yanqui y sus laderos de la "Europa occidental y cristiana", no sólo una verdadera fiesta deportiva en donde se superaron numerosos récord continentales y mundiales, sino un encuentro fraternal entre miles de representantes de centenares de pueblos que se dieron cita allí.
En estas fotos podemos apreciar el Estadio Lenin desde afuera, momentos de la ceremonia inaugural, el desfile de las delegaciones, algunos barrios de la ciudad engalanados para recibir a los visitantes y el instante en que la mascota de los Juegos Olímpicos, el oso Misha, es soltado y pone rumbo a llevar un mensaje de paz y amistad entre los pueblos.
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