Simultáneamente aunque parece que no de manera coordinada por el momento en las más importantes repúblicas yugoslavas organizaciones sociales están exigiendo a los gobiernos nacionalistas que reconozcan la "nacionalidad" yugoslava como uno de los componentes de la sociedad. Pero esta nacionalidad no se basa en ninguna identidad étnica ni lingüística y muchos menos religiosa sino abiertamente revolucionaria y antifascista. El yugoslavismo era la ideología de la República Socialista Federal de Yugoslavia que fue capaz de unir a los pueblos históricamente divididos por los imperios otomano, austro-húngaro y alemán, por el fascismo italiano y por el imperialismo europeo norteamericano, para aplastar al fascismo, construir el socialismo, forjar la unidad de los trabajadores y de los pueblos. Es una respuesta al nacionalismo estrecho que sirve a potencias extranjeras.
Ellas quieren ser reconocidas como YUGOSLAVAS
En Serbia el Centro para el Desarrollo de la sociedad civil recuerda que en el censo de 2002 80.721 personas se declararon yugoslavos constituyendo la tercera minoría del país. En Croacia la asociación "Nâsa Jugoslavija-Nuestra Yugoslavia" ha dirigido una carta al parlamento firmada por su presidente Zlatko Stojkovic pidiendo el reconocimiento de la "nacionalidad yugoslava" en la coyuntura de la reforma de la constitución para adaptarla a la UE. La carta señala que el reconocimiento tendrá un efecto positivo frente al odio que se difunde entre los ciudadanos no sólo de Croacia sino de toda la ex unidad federal yugoslava y contribuirá positivamente a la descontaminación frente a toda intolerancia y discriminación de base nacional. La asociación "Nâsa Jugoslavija" de Bosnia Herzegovina tiene como objetivo principal ese reconocimiento pero se enfrenta al rechazo del poder nacionalista para su registro. Propone crear un frente unitario de acción común con personalidades y organizaciones de los territorios de Bosnia-Herzegovina, Croacia y Eslovenia por lo menos. Miles y miles de yugoslavos de Eslovenia (en su mayoría bosnios, serbios, croatas y albaneses) se negaron a registrarse como eslovenos cuando los separatistas crearon la Eslovenia "independiente" y han sido marginados y condenados al ostracismo. El actual gobierno les ofrece residencia permanente pero los yugoslavos han acogido la noticia con muchas reservas.
Cueste lo que cueste los pueblos yugoslavos proseguirán su acercamiento para reconstruir una unidad federal y expulsar a los imperialistas y sus lacayos locales.
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