El coronel de los servicios de inteligencia de la Hungría Popular Istvan Belovai, quien de 1974 a 1988 estuvo pasando información secreta a la CIA, era el jefe estratégico del comando terrorista formado por fascistas croatas y húngaros que fue desmantelado por la seguridad boliviana y que tenía como objeto asesinar al presidente Evo Morales. Este traidor fue condenado a cadena perpetua y lamentablemente no fue fusilado por la Hungría Popular. La contrarrevolución lo liberó en 1990 dedicándose inmediatamente a cometer actos criminales contra los pueblos. Participó en la guerra civil en Yugoslavia donde conoció al fascista croata Rozsa Flores, jefe del comando operativo desmantelado en Santa Cruz, Bolivia en abril de 2009. Belovai era un agente activo de la CIA residente en los USA.
El hijo de criminales ustachis croata y oligarca boliviano Branko Marinkovic financió el comando terrorista con al menos 200 mil dólares y hoy se encuentra refugiado en la patria del terrorismo internacional, EEUU.
Rozsa Flores se reportaba periódicamente con Belovai. En el operativo boliviano fue liquidado Rozsa Flores y el terrorista húngaro-rumano Arpad Magyarosi siendo capturados el húngaro Elod Toásó y el boliviano con pasaporte croata Mario Francisco Tadic.
La conclusión política es clara: la "democratización" de Europa del Este, es decir la restauración capitalista ha hecho de esa región un foco infeccioso de fascismo, agresiones, guerras, terrorismo, destrucción social y bases operativas de la CIA que amenaza a sus pueblos y a toda la Humanidad. El proceso democrático antimperialista boliviano sufre en estos momentos las consecuencias de la contrarrevolución europea controlada por el imperialismo. La Humanidad necesita que las fuerzas democráticas, revolucionarias y obreras recuperen el poder en Europa del Este y expulsen a los agentes contrarrevolucionarios.
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