21 de enero de 2010 /La Voz del Sandinismo/.-
Transcurridos 86 años, la Humanidad recuerda al líder que cambió la historia de la Rusia de los Zares e inspiró al mundo para la batalla por los pobres y por el Socialismo.
Hace 86 años, víctima d e las secuelas de un atentado contra su vida, falleció Vladimir Ilich Ulianov, para todos Lenin, el arquitecto y líder de la Revolución de Octubre en Rusia, el dirigente del Estado Soviético, inspirador para los pueblos de la lucha por el Socialismo.
Había sido alcanzado por tres disparos con balas envenenadas al salir de la fábrica de Michelson, donde habló a los obreros el 30 de agosto de 1918, hechos por una mano empujada por los enemigos del pueblo, la de Fani Yefímovna Kaplán, pagada por la contrarrevolución..
Las narraciones de su reacción ante las graves heridas muestran, en boca de los testigos del hecho y de médicos y familiares, la entereza y fortaleza con la cual se mantuvo firme, sin abandonar sus labores de dirección durante meses, hasta fallecer a la edad de 54 años.
El atentado no fue un hecho aislado, sino parte de un plan desatado por la reacción, pues ese mismo asesinaron a Moisés Uritsky, comisario del Pueblo del Interior en la región norte, pero Lenin no aceptó las recomendaciones de abstenerse de asistir a su encuentro con los trabajadores.
Aún herido, siempre de pie, Lenin exhortó a la tranquilidad a los obreros que lo rodeaban pues sangraba profusamente y al llegar al edificio del Krenlim subió por las escaleras hasta el tercer piso donde fue atendido por los médicos, señalan los relatos.
Uno de los galenos, Alexander Vinocurv, recordó después lo que Lenin le decía: “Esto puede sucederle a cualquier revolucionario” y aquello le hizo comprender que a quien trataba no era un simple herido, sino el líder de la Rusia revolucionaria que nacía.
Aún después de afectarse gravemente su salud, asistió al XI Congreso del Partido y al IV Congreso de la Internacional Comunista, donde pronunció sendos informes y emitió sus previsiones sobre las posibilidades de la revolución mundial.
En actividad continúa participó en el Pleno del Soviet de Moscú y en el I Congreso de los Soviets de la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas, donde nació la Unión Soviética.
Una de sus últimas entrevistas, como era de esperarse y como él deseaba, fue con un grupo de obreros de una fábrica que le visitó para expresarle su solidaridad y la decisión de seguir luchando por el futuro que él había diseñado para el pueblo soviético y para toda la Humanidad.
Lenìn falleció el 21 de enero de 1924, pero dejó como su obra excepcional, no sólo la creación de un Estado de obreros y campesinos tras hacer trizas las relaciones feudales en la Rusia de entonces, sino las líneas ideológicas que, en el mundo de hoy, inspiran la batalla diaria de millones de trabajadores, campesinos y luchadores por una sociedad justa.
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