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viernes, 26 de febrero de 2010

Mitines comunistas en Moscú en honor al Ejército Rojo y Soviético



25 de febrero de 2010 /PRAVDA/.-
Fotos de la concentración convocada por el Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) en homenaje a la creación del Ejército Rojo de Obreros y Campesinos que tras la Gran Guerra Patria pasó a llamarse Ejército Soviético.

miércoles, 24 de febrero de 2010

El problema fundamental de toda revolución (Lenin)

Rabochi Put Nº 10 del 14 (27) de setiembre de 1917


El problema fundamental de toda revolución es, indudablemente, el problema del poder. Lo decisivo es qué clase tiene el poder...
No se puede esquivar ni apartar el problema del poder, pues es precisamente el problema fundamental que lo determina todo en el desarrollo de la revolución, en su política exterior e interior. Que nuestra revolución “ha gastado inútilmente” seis meses en vacilaciones respecto a la organización del poder es un hecho indiscutible, originado por la política vacilante de los eseristas y de los mencheviques. Pero, a su vez, la política de estos partidos ha sido determinada, en última instancia, por la posición de clase de la pequeña burguesía, por su inestabilidad económica en la lucha entre el capital y el trabajo.
La cuestión reside ahora en saber si la democracia pequeñoburguesa ha aprendido algo en estos importantísimos seis meses, extraordinariamente ricos de contenido. Si la respuesta es negativa, ello significará que la revolución ha sucumbido y sólo podrá salvarla una insurrección victoriosa del proletariado. Si la respuesta es afirmativa, habrá que empezar por crear sin demora un poder firme y estable. Durante una revolución popular, es decir, que despierta a la vida a las masas, a la mayoría de los obreros y los campesinos, sólo puede ser estable un poder que se apoye a sabiendas y de manera indefectible en la mayoría de la población. Hasta ahora, el poder del Estado sigue, de hecho, en Rusia, en manos de la burguesía, la cual se ve obligada únicamente a hacer concesiones parciales (para empezar a anularlas al día siguiente), repartir promesas (para no cumplirlas), buscar todos los medios posibles de encubrir su dominio (para engañar al pueblo con la apariencia de una “coalición honesta”) y etc., etc. De palabra, un gobierno revolucionario, democrático y popular; en la práctica, un gobierno burgués, contrarrevolucionario, antidemocrático y antipopular: ahí está la contradicción que ha existido hasta hoy y que ha sido el origen de la total inestabilidad y de las vacilaciones del poder, de todo ese “carrusel ministerial” a que se han dedicado con fervor tan lamentable (para el pueblo) los señores eseristas y mencheviques.
O la disolución de los Soviets y su muerte sin pena ni gloria, o todo el poder a los Soviets: esto lo dije ante el Congreso de los Soviets de toda Rusia a principios de junio de 1917, y la historia de julio y agosto ha confirmado de manera convincente y exhaustiva la justedad de estas palabras. El poder de los Soviets es el único que puede ser estable y apoyarse a ciencia cierta en la mayoría del pueblo, por más que mientan los lacayos de la burguesía, los Potrésov, los Plejánov y otros, que denominan “ampliación de la base” del poder a su entrega efectiva a una minoría insignificante del pueblo, a la burguesía, a los explotadores.
Sólo el Poder soviético podría ser estable, sólo él no podría ser derrocado ni siquiera en los momentos más tempestuosos de la revolución más violenta; sólo ese poder podría garantizar un desarrollo continuo y amplio de la revolución, una lucha pacífica de los partidos dentro de los Soviets. Mientras no se cree un poder de este tipo, serán inevitables la indecisión, la inestabilidad, las vacilaciones, las interminables “crisis del poder”, la comedia sin desenlace del carrusel ministerial, los estallidos de derecha y de izquierda.
Pero la consigna de “El poder a los Soviets” se entiende muy a menudo, si no casi siempre, de una manera completamente equivocada: en el sentido de “un ministerio formado con los partidos mayoritarios de los Soviets”; y esta opinión, profundamente equivocada, es la que desearíamos examinar con más detalle.
...
“El poder a los Soviets” significa transformar por completo y de manera radical la vieja máquina del Estado, un aparato burocrático que frena todo lo democrático; significa suprimir dicho aparato y remplazarlo por otro nuevo, popular, o sea, auténticamente democrático, el de los Soviets, el de la mayoría organizada y armada del pueblo: obreros, soldados y campesinos; significa ofrecer la iniciativa y la independencia a la mayoría del pueblo no sólo en la elección de los diputados, sino también en la administración del Estado y en la realización de reformas y transformaciones.
...un cambio de ministros tiene muy poca importancia, pues la labor administrativa real se encuentra en manos de un ejército gigantesco de funcionarios. Y este ejército está impregnado hasta la médula de espíritu antidemocrático, está ligado por miles y millones de hilos a los terratenientes y la burguesía, dependiendo de ambos en todas las formas imaginables. Este ejército está rodeado de una atmósfera de relaciones burguesas y sólo respira ese aire; se ha congelado, encallecido y anquilosado; carece de fuerzas para escapar de esa atmósfera; sólo puede pensar, sentir y obrar a la antigua. Este ejército está ligado por relaciones de respeto a la jerarquía, por determinados privilegios de los empleos “públicos”, y sus cuadros superiores se hallan subordinados por completo, mediante las acciones y los bancos, al capital financiero y vienen a ser, en cierta medida, sus agentes, los vehículos de sus intereses y de su influencia.
Tratar de efectuar con ese aparato estatal transformaciones como la supresión de la propiedad terrateniente sin indemnización o el monopolio del trigo, etc., es una mera ilusión... Por eso resulta siempre que, con todos los posibles ministerios “de coalición” en que participan “socialistas”, estos socialistas vienen a ser en la práctica, aun en el caso de que algunos de ellos demuestren la mayor probidad, un simple adorno o una pantalla del gobierno burgués, un pararrayos de la indignación popular provocada por ese gobierno, un instrumento del gobierno para engañar a las masas. Así ocurrió con Luis Blanc en 1848; así ha ocurrido desde entonces docenas de veces en Inglaterra y Francia al participar los socialistas en el gobierno; así fue con los Chernov y los Tsereteli en 1917; así fue y así será mientras se mantenga el régimen burgués y se conserve intangible el viejo aparato estatal burgués y burocrático.
Los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos son valiosos, sobre todo, porque constituyen un tipo de aparato estatal nuevo, inmensamente más elevado e incomparablemente más democrático. Los eseristas y los mencheviques han hecho todo lo posible y lo imposible para transformar los Soviets (en particular el de Petrogrado y el de toda Rusia, o sea, el Comité Ejecutivo Central) en corrillos de charlatanes, que se dedicaban, con el pretexto del “control”, a adoptar resoluciones estériles y expresar deseos, a los que el gobierno daba carpetazo con la más cortés y amable sonrisa. Pero bastó la “fresca brisa” de la korniloviada, que anunciaba una buena tormenta, para que el aire viciado del Soviet se purificara por algún tiempo y la iniciativa de las masas revolucionarias empezara a manifestarse como algo grandioso, potente e invencible.
Que aprendan de este ejemplo histórico todos los incrédulos. Que se avergüencen quienes dicen: “No tenemos un aparato que pueda remplazar al viejo, que tiende ineluctablemente a defender a la burguesía”. Porque ese aparato existe. Son los Soviets. No teman la iniciativa ni la independencia de las masas, confíen en sus organizaciones revolucionarias y verán en todos los ámbitos de la vida pública la misma fuerza, grandiosidad e invencibilidad de que dieron pruebas los obreros y los campesinos en su unión y su ímpetu contra la korniloviada.
Falta de fe en las masas, miedo a su iniciativa, temor a que actúen por sí mismas, estremecimiento ante su energía revolucionaria, en vez de un apoyo total y sin reservas: tales han sido los mayores pecados de los jefes eseristas y mencheviques. Ahí está una de las raíces más profundas de su indecisión, de sus vacilaciones, de sus incontables e infinitamente estériles tentativas de verter vino nuevo en los viejos odres de la vieja máquina estatal, burocrática.
...
¿Qué significaría, en la práctica, esta dictadura [del proletariado y los campesinos pobres]? Significaría que sería aplastada la resistencia de los kornilovistas y quedaría restablecida y consumada la democratización completa del ejército. El 99% del ejército sería partidario entusiasta de esta dictadura a los dos días de establecida. Esta dictadura daría la tierra a los campesinos y todo el poder a los comités locales de campesinos. ¿Cómo puede alguien, entonces, si está en su sano juicio, poner en duda que los campesinos apoyarían semejante dictadura? Lo que Peshejónov sólo prometió (“la resistencia de los capitalistas ha sido aplastada”: palabras textuales de Peshejónov en su célebre discurso ante el Congreso de los Soviets), lo llevaría a la práctica esta dictadura, lo haría realidad, sin suprimir en lo más mínimo las organizaciones democráticas de abastecimiento, de control, etc., que han empezado ya a formarse, sino, por el contrario, apoyándolas y fomentándolas y eliminando todo lo que dificulte su funcionamiento.
Sólo la dictadura de los proletarios y de los campesinos pobres es capaz de romper la resistencia de los capitalistas, ejercer el poder con una audacia y una decisión en verdad grandiosas y asegurarse un apoyo entusiasta, sin reservas y auténticamente heroico de las masas tanto en el ejército como entre los campesinos.
El poder a los Soviets: eso es lo único que podría hacer gradual, pacífico y tranquilo el desarrollo ulterior, poniéndolo por completo al nivel de la conciencia y la decisión de la mayoría de las masas populares, al nivel de su propia experiencia. El poder a los Soviets significa la entrega total de la gobernación del país y del control de su economía a los obreros y a los campesinos, a quienes nadie se atrevería a oponer resistencia y quienes aprenderían rápidamente con su experiencia, con su propia experiencia, a distribuir acertadamente la tierra, las provisiones y el trigo.

LA ESTRATEGIA Y LA TACTICA DE JRUSCHOV A NIVEL INTERNO DE LA UNION SOVIETICA

La obra de Enver Hoxha, "Los Jruschovistas", está escrita en 1976, y pertenece a su serie de memorias. Contiene los recuerdos y las impresiones personales del autor sobre sus encuentros directos y contactos de todo tipo con dirigentes del PCUS y de otros partidos comunistas y obreros durante los años 1953 a 1961.

Las raíces de la tragedia de la Unión Soviética. Las etapas que atravesó Jruschov para usurpar el poder político e ideológico. La casta jruschovista enmoheció la espada de la revolución. ¿Qué se ocultaba detrás de la "dirección colectiva" de Jruschov? Jruschov y Mikoyan, cabezas del complot contrarrevolucionario. El viento del liberalismo sopla en la Unión Soviética. Jruschov y Vorochilov se expresan abiertamente contra Stalin. Jruschov erige su propio culto. Los enemigos de la revolución son proclamados «héroes»y «víctimas».
Una de las orientaciones principales de la estrategia y de la táctica de Jruschov a nivel interno de la Unión Soviética, consistía en tomar totalmente en sus manos el poder político e ideológico y poner a su servicio el ejército soviético y la seguridad del Estado.Para realizar este objetivo el grupo de Jruschov debía actuar por etapas. En un principio no atacaría frontalmente el marxismo-leninismo, la edificación del socialismo en la Unión Soviética y a Stalin. Por el contrario, este grupo se apoyaría en las realizaciones alcanzadas, incluso las exaltaría lo más posible, para sentar el crédito y Suscitar una situación de euforia, con el fin de poder más tarde llegar a minar la base y la superestructura socialistas.En primer lugar, este grupo renegado tenía que apoderarse del partido, a fin de aniquilar la posible resistencia de aquellos cuadros que no habían perdido la vigilancia revolucionaria de clase, neutralizar a los vacilantes y atraerlos a sus filas por medio de la convicción o de las amenazas y al mismo tiempo promover a los puestos clave de dirección a los elementos nocivos, antimarxistas, arribistas, oportunistas, elementos que, naturalmente, no faltaban en el Partido Comunista de la Unión Soviética y en los aparatos del Estado soviético.En el Partido Comunista de la Unión Soviética, al salir de la Gran Guerra Patria aparecieron ciertos fenómenos negativos. La situación económica difícil, las devastaciones, las destrucciones, las grandes pérdidas humanas que tuvieron lugar en la Unión Soviética, exigían una movilización total de los cuadros y las masas para asegurar la consolidación y el progreso del país. Pero en lugar de esto se vio un envilecimiento del carácter y de la moralidad de muchos cuadros. Por otra parte, con su presunción ostentosa por las gloriosas batallas ganadas, con sus condecoraciones y privilegios y muchos otros vicios y concepciones erróneas, los elementos megalómanos despojaban al partido de su vigilancia, lo carcomían desde dentro. En el ejército se creó la casta que extendió su dominación brutal y arrogante también al partido, desnaturalizando su carácter proletario. La casta enmoheció la espada de la revolución que debería ser el partido.Pienso que en el Partido Comunista de la Unión Soviética, ya antes de la guerra, pero de modo particular después de ésta, se debieron observar signos de una apatía condenable. Este partido gozaba de gran renombre, había logrado también grandes éxitos en su camino, pero al mismo tiempo había comenzado a perder su espíritu revolucionario, y el burocratismo y la rutina lo estaban contaminando. Las normas leninistas, las enseñanzas de Lenin y de Stalin habían sido convertidas por los aparatchiks en fórmulas y slogans resobados y sin valor para la acción. Gran país era la Unión Soviética, el pueblo trabajaba, producía, creaba. Se decía que la industria se desarrollaba con los ritmos requeridos, que la agricultura socialista progresaba, pero este desarrollo no era del nivel deseado.No era la línea «errónea» de Stalin la que frenaba el progreso, al contrario, esta línea era correcta, marxista-leninista, pero a menudo era mal aplicada, incluso deformada y saboteada por elementos hostiles. La justa línea de Stalin era deformada también por los enemigos camuflado s en las filas del Partido y en los organismos del Estado, por los oportunistas, liberales, trotskistas, revisionistas, como eran, y salieron abiertamente más tarde, los Jruschov, los Mikoyan, los Suslov, los Kosiguin, etc.Jruschov y sus íntimos colaboradores en el putsch, ya con anterioridad a la muerte de Stalin, se contaban entre los más altos dirigentes que actuaban bajo cuerda preparando y esperando el momento propicio para una acción abierta y a. gran escala. De hecho, todos estos traidores eran conspiradores avezados en la experiencia de los diversos contrarrevolucionarios rusos, en la experiencia de los anarquistas, trotskistas, bujarinistaso Conocían también la experiencia de la revolución y del Partido Bolchevique, mas de la revolución nada de bueno habían aprendido, sólo aprendieron aquello que necesitaban para minada y minar el socialismo, escapando a los golpes de la revolución y la dictadura del proletariado.En una palabra, eran contrarrevolucionarios y elementos de doble cara en sus acciones. Por un lado dedicaban alabanzas al socialismo, a la revolución, al Partido Comunis.ta Bolchevique, a Lenin y Stalin y, por el otro, preparaban la contrarrevolución.Toda esta zupia acumulada saboteaba, pues, valiéndose de los métodos más sutiles, los cuales enmascaraba con elogios a Stalin y al régimen socialista. Estos elementos desorganizaban la revolución organizando la contrarrevolución, se mostraban“severos” contra los enemigos internos para difundir el miedo y el terror en el partido, en el Poder y en el pueblo. Eran siempre ellos los que rendían cuentas a Stalin de una situación de euforia que creaban artificialmente, mas en realidad socavaban la base del partido, la base del Estado, degeneraban los espíritus y elevaban por las nubes el culto a Stalin, a fin de poder derrocarlo más fácilmente mañana.Esta era toda una actividad hostil y diabólica que había agarrado por el cuello a la Unión Soviética, al Partido Comunista de la Unión Soviética y a Stalin, que, tal como vendrían a mostrar los hechos históricos, estaba rodeado de enemigos. Casi ninguno de los miembros del Presidium y del Comité Central levantó su voz en defensa del socialismo y de Stalin.Si se procede a un minucioso análisis de las directrices políticas, ideológicas y organizativas de Stalin en la dirección y la organizacion del partido, de la lucha y del trabajo, no se encontrará en general ningún error de principios, mas si tenemos en cuenta cómo estas directrices eran deformadas por los enemigos, y cómo eran puestas en práctica, veremos las funestas consecuencias de estas deformaciones y aparecerá por qué el partido comenzó a burocratizarse, a dejarse invadir por un trabajo de rutina, por un formalismo nefasto que lo paralizaban, que sofocaban su espíritu y su ímpetu revolucionario. El partido se iba cubriendo de un espeso moho, caía en la apatía política, pensando erróneamente que sólo la cabeza, la dirección, actúa y resuelve todo. Una concepción semejante creó una situación en que por todas partes y ante cualquier problema se decía “esto concierne a la dirección”, “el Comité Central es infalible”, “esto lo ha dicho Stalin y se acabó”, etc. Puede ser que muchas cosas que Stalin no dijera, eran encubiertas con su nombre. Los aparatos y los funcionarios se hicieron “todopoderosos”, “infalibles”, actuaban en la vía burocrática bajo las fórmulas del centralismo democrático, de la crítica y la autocrítica bolcheviques, que en realidad ya no eran bolcheviques. Así, pues, no hay duda de que el Partido Bolchevique había perdido su vitalidad de antaño. Este partido vivía con fórmulas correctas, pero sólo eran fórmulas; aplicaba, pero había perdido toda iniciativa; los métodos y las formas de trabajo que se utilizaban en la dirección del partido arrojaban un balance opuesto a los resultados esperados.En estas condiciones, las medidas administrativas burocráticas empezaron a predominar sobre las medidas revolucionarias. La vigilancia ya no era operante, porque tampoco era ya revolucionaria, a pesar de que a son de trompeta se la declarase como tal. De una vigilancia de partido y de masas, se convertía en una vigilancia de los aparatos burocráticos y se transformaba de hecho, aunque no enteramente desde el punto de vista de las formas, en una vigilancia de la seguridad del Estado, de los tribunales.Es comprensible que en este orden de cosas existente en el Partido Comunista de la Unión Soviética, echaran raíces y empezaran a cultivarse sentimientos y puntos de vista no proletarios, ajenos a la clase, en, las filas de los comunistas y en la conciencia de muchos de ellos. Poca a poco comenzó a extenderse el arribismo, el servilismo, la charlatanería, el nepotismo mórbido, la moral anti-proletaria, etc. Todo esto corroía el partido desde dentro, sofocaba el espíritu de lucha de clases y del sacrificio y empujaba a la búsqueda de una vida “agradable”, tranquila, de privilegios, de ventajas personales, de menor trabajo y esfuerzos. Así creó la mentalidad burguesa y pequeño-burguesa que se observaba o se expresaba a través de fórmulas y de juicios tales como: “Nosotros hemos trabajado, combatido y vencido par este Estado socialista, ahora gocemos y aprovechemos. Nosotros somos invulnerables, el pasado nos cubre todo». El mal peor era que esta mentalidad estaba tomando cuerpo también en los viejos cuadros del partido, con un buen pasado y de origen proletario, e igualmente en los miembros del Presidium del Comité Central, los cuales debían ser un ejemplo de pureza para los demás. Muchos de estos cuadros se encontraban en la dirección, en los aparatos y utilizaban bellamente las palabras, las frases revolucionarias, las fórmulas teóricas de Lenin y Stalin, cosechaban los laureles del trabajo ajeno y estimulaban el mal ejemplo.Así, en el Partido Comunista de la Unión Soviética se iba creando una aristocracia obrera de cuadros burócratas.Este proceso de degeneración se desarrollaba, desgraciadamente, bajo las consignas «alegres» y «prometedoras» de «todo marcha bien, normalmente, de acuerdo a las normas y leyes del partido», que de hecho eran violadas, «la lucha de clases sigue desarrollándose», «el centralismo democrático es preservado», «la crítica y la autocrítica continúan como antes», «existe la férrea unidad en el partido», «ya no hay elementos fraccionalistas y anti-partido», «pasó el tiempo de los grupos trotskistas, bujarinistas»., etc., etc. Este deformado concepto de la situación, que es donde reside la esencia del drama y del error fatal, era considerado en general, incluso por los elementos revolucionarios, como una realidad normal, por eso se pensaba que no existía ningún motivo de alarma, que los enemigos, los ladrones, los que infringían la moral eran condenados por los tribunales, que los miembros indignos del partido eran expulsados como de costumbre y, como de costumbre, se admitían otros nuevos, que los planes se realizaban, aunque en algunos casos no lo fueran, que la gente era criticada, condenada, elogiada, etc. De este modo, la vida, según ellos, seguía normalmente su curso y así se le informaba a Stalin de que“todo marcha normalmente”. Estamos convencidos de que si Stalin, como gran revolucionario que era, hubiera conocido la situación real en el partido, habría asestado un golpe demoledor a este espíritu malsano y el partido y el pueblo soviético se habrían levantado, porque, con razón, ellos tenían gran confianza en Stalin.Los aparatos no sólo no informaban correctamente a Stalin y deformaban burocráticamente sus justas directrices, sino que habían creado una tal situación en el partido y en el pueblo, que cuando el mismo Stalin, en la medida en que le permitían su edad y su salud, se reunía con las masas del partido y del pueblo, éstas no le informaban de las deficiencias y los errores que sucedían, ya que los aparatos habían inculcado a los comunistas y a las masas la idea de que“no debemos inquietar a Stalin”.El gran ruido que levantaron los jruschovistas sobre el pretendido culto a Stalin era en realidad un bluf. Este culto no había sido cultivado por Stalin, que era un hombre sencillo, sino por toda la bazofia revisionista acumulada a la cabeza del Partido y del Estado, que, entre otras cosas se valía del gran cariño que los pueblos soviéticos mostraban por Stalin, particularmente después de la victoria sobre el fascismo. Si se lee los discursos de Jruschov, Mikoyan y de todos los otros miembros del Presidium, se verá los elogios desenfrenados e hipócritas que estos enemigos prodigaban a Stalin mientras éste estuvo en vida. Esta lectura provoca nauseas cuando piensas que detrás de estos elogios, dichos elementos ocultaban su trabajo hostil a los ojos de los comunistas y de las masas, los cuales estaban engañados al pensar que tenían ante sí dirigentes fieles al marxismo-leninismo y camaradas leales a Stalin.Incluso después de la muerte de Stalin los “nuevos” dirigentes soviéticos y sobre todo Jruschov se abstuvieron todavía por un tiempo de hablar mal de Stalin, hasta lo valoraban y lo trataban de “gran hombre”, de “líder con una autoridad indiscutible”, etc. Jruschov tenía que hablar así para ganar crédito dentro y fuera de la Unión Soviética, para hacer creer que era “fiel” al socialismo y a la revolución, “continuador” de la obra de Lenin y de Stalin. Jruschov y Mikoyan eran los más encarnizados enemigos del marxismo-leninismo y de Stalin. Uno y otro eran la cabeza del complot y del putsch, que habían preparado desde hacía tiempo con arribistas y antimarxistas del Comité Central, del ejército y dirigentes de la base. Estos putschistas no descubrieron su juego inmediatamente después de la muerte de Stalin, sino, cuando debían, y a medida que les era necesario continuaban vertiendo su veneno, mezclándolo con alabanzas a Stalin. Debo decir que Mikoyan en particular, en los numerosos encuentros que me ha tocado tener con él, jamás ha pronunciado un elogio a Stalin, por más que en discursos y peroratas, viniera y no viniera a cuento, los putschistasentonaran ditirambos y glorias a Stalin. Alimentaban el culto a Stalin a fin de aislarIo lo más posible de las masas, y, enmascarándose tras este culto, preparaban la catástrofe.Jruschov y Mikoyan actuaron de acuerdo a un plan preestablecido y, con la muerte de Stalin, encontraron libre campo de acción, debido asimismo a que los otros, desde Ma1enkov a Vorochilov, pasando por Beria y Bulganin, se mostraron no sólo ciegos, sino también ambiciosos y cada uno pugnaba por el Poder.Estos y otros, viejos revolucionarios y comunistas honrados, se habían convertido ya en representantes típicos de esa rutina burocrática, de esa “legalidad” burocrática que había sido instituida y, cuando tímidamente quisieron recurrir a esta “legalidad” contra el complot manifiesto de los jruschovistas, la acción había sido consumada desde hacía tiempo.Jruschov y Mikoyan, en perfecta unidad, supieron maniobrar entre aquéllos, oponer unos a otros. En pocas palabras, pusieron en acción la táctica siguiente: crear rencillas y escindir el Presidium, organizar las fuerzas putschistas fuera de éste, continuar hablando bien de Stalin para tener las masas de decenas de millones consigo y aproximar así el día de la toma del Poder, liquidar a los adversarios y toda una época gloriosa de la construcción del socialismo, las victorias de la Guerra Patria, etc. Toda esta actividad febril (y esto nosotros lo notábamos) tendía a crear la popularidad de Jruschov dentro y fuera de la Unión Soviética.Jruschov, bajo el paraguas de las victorias que la Unión Soviética y el Partido Comunista de la Unión Soviética habían logrado con Lenin y Stalin a su cabeza, hacía todo lo posible por que los pueblos y los comunistas soviéticos pensaran que nada había cambiado, que un gran dirigente había muerto, pero que un dirigente «todavía más grande» subía, y ¡qué dirigente!, «¡todo igual de fiel a los principios y leninista, e incluso más que su predecesor, pero liberal, popular, sonriente, lleno de humor y jovialidad!».Mientras tanto, la víbora revisionista, que iba tomando sus impulsos, empezó a verter su veneno sobre la figura y la obra de Stalin, al comienzo no atacando a Stalin por su nombre, sino lanzándole golpes indirectos.En uno de los encuentros que tuve con Jruschov, en junio de 1954, en un plano supuestmente de principios y teórico empezó a explicarme la gran importancia de la «dirección colectiva», los grandes daños que entrañaba la substitución de aquélla por el culto a una persona, me llegó a mencionar también unos pasajes aislados de Marx y de Lenin para darme a entender que sus afirmaciones tenían un «fondo marxista-leninista».De Stalin no dijo nada malo, en cambio descargó todas sus baterías contra Beria, acusándolo de faltas reales e imaginarias. Lo cierto es que en esta etapa inicial de su ofensiva revisionista, Jruschov no tenía mejor carta que Beria si quería poner en práctica sus planes secretos. Como he escrito más arriba, Jruschov presentó a Beria como el responsable de muchos de los males; éste habría subestimado el papel del primer secretario, habría perjudicado la «dirección colectiva», habría intentado poner el Partido bajo la dirección de La Seguridad del Estado. Bajo la máscara de la lucha contra los daños causados por Beria, Jruschov, por una parte, se afianzaba en la dirección del Partido y del Estado y echaba mano del Ministerio del Interior, Y por otra parte, preparaba a la opinión para el ataque abierto que poco más tarde emprendería contra José Visarionovich Stalin, contra la verdadera obra del Partido Comunista Bolchevique de Lenin y Stalin.Muchas de estas acciones y cambios inopinados nos causaban impresión, pero era demasiado pronto para que pudiéramos captar las verdaderas proporciones del complot que estaba siendo puesto en práctica. Sin embargo, desde entonces, no podíamos dejar de observar la naturaleza contradictoria de los actos y las ideas de este “nuevo dirigente” que tomaba las riendas de la Unión Soviética. Este mismo Jruschov que ahora se presentaba como un adepto de la “dirección colectiva”, algunos días antes, en un encuentro que habíamos tenido con él, se nos presentó, al hablarnos del papel del primer secretario del partido y del primer ministro, como un ardiente partidario del “papel del individuo”, y de la“mano dura”.Después de la muerte de Stalin, se tuvo la impresión de que estas “personas de principios” habían establecido una dirección colectiva. Esto era propagado con gran bombo para señalar que“Stalin había violado el principio de la dirección colectiva”, que “había bastardeado esta importante norma de dirección leninista” y que “la dirección del partido y del Estado, de colegiada que era se había convertido en una dirección personal”. Esto era una gran mentira y los jruschovistas la difundían para preparar su propio terreno. Si la colegialidad había sido violada, la falta debía buscarse no en las correctas ideas formuladas por Stalin en lo que se refiere a diversos problemas, sino en las adulaciones rastreras de estos otros y en sus decisiones arbitrarias que tomaban deformando la línea en los diversos sectores que dirigían. Y ¡¿,cómo se podían controlar los actos de estos elementos anti-partido que habían rodeado a Stalin, en un momento en que ellos mismos propagaban la idea de que el“CC (el Comité Central) lo sabe todo”, “Ce-Ka znayet vsio” ?! (En ruso en el original). Actuando de este modo, estos individuos querían convencer al partido y al pueblo de que“Stalin sabe todo lo que pasa” y “él aprueba todo”. En otros términos, en nombre de Stalin y por medio de los aparatchiks reprimían la crítica y buscaban convertir el Partido Bolchevique en un partido sin espíritu, en un organismo desprovisto de voluntad y energía, que vegetara de día en día, aprobando todo lo que decidía, urdía y deformaba la burocracia.En la campaña por la pretendida instauración de una dirección colectiva, Jruschov trató de maniobrar hábilmente, levantando un ruido ensordecedor sobre la lucha en contra del culto a la personalidad. Ya no habría fotos de Jruschov en la prensa diaria, no habría grandes titulares colmándole de elogios, ahora se recurría a otra táctica, resobada: todos los periódicos estaban plagados de declaraciones públicas, de discursos de Jruschov, todo eran noticias que daban a conocer sus encuentros con embajadores extranjeros, su presencia cada noche en las recepciones de los diplomáticos, sus entrevistas con delegaciones de partidos comunistas, sus encuentros con periodistas, hombres de negocios, senadores norteamericanos y millonarios occidentales, amigos suyos. Toda esta táctica pretendía contraponerse al método del «trabajo cerrado de Stalin», a «su labor sectaria», que, según los jruschovistas, había sido muy nefasta para la apertura de la Unión Soviética al mundo exterior.Esta propaganda jruschovista tenía por objeto mostrar al pueblo soviético que ya había encontrado a su “auténtico dirigente leninista, que sabe todo, que todo lo resuelve correctamente, que posee una vitalidad extraordinaria, que da la debida respuesta a quienquiera que sea”, y cuya actividad desbordante “hace que en la Unión Soviética se corrija todo, se borren los crímenes del pasado y se vaya adelante”...Me encontraba en Moscú, con motivo de una reunión de los partidos de todos los países socialistas. Fue en enero de 1956 si mal no recuerdo, cuando tuvo lugar una reunión consultiva sobre los problemas del desarrollo económico de los países miembros del COMECON. Era el tiempo en que Jruschov y los jruschovistas llevaban adelante su actividad hostil. Nos encontrábamos con Jruschov y Vorochilov en una villa a las afueras de Moscú, donde habían sido invitados a un almuerzo todos los representantes de los partidos hermanos. Los otros todavía no habían llegado. Nunca había escuchado de boca de los dirigentes soviéticos hablar abiertamente mal de Stalin, y yo, por mi parte, continuaba hablando con cariño y mucho respeto del gran Stalin. Al parecer, mis palabras no sonaban bien en los oídos de Jruschov. Mientras se esperaba la llegada de las atros camaradas, Jruschov y Vorochilov me dijeran:-¿Podríamos ir fuera a dar un paseo?-Salimos y nos adentramos en el parque. Jruschov le dice a Klim Vorochilav:-Hable, háblele un poco a Enver de los errores de Stalin.Puse mis oídos bien atentos, a pesar de tener desde hace tiempo mis sospechas acerca de sus fechorías. Y Varochilov empezó a hablarme de que “Stalin se ha equivocada en la línea del partida, que ha sido brutal, violenta de tal manera que era imposible discutir can él”.- “Stalin -cantinuó Varochilav- ha permitido crímenes, cuya responsabilidad es totalmente suya. Se ha equivocado igualmente en el terreno del desarrallo de la economía, por consiguiente el epíteto dearquitecto de la ‘construcción del socialismo’ con el cual se le ha calificado, es injustificado. Con las demás partidos, Stalin no ha mantenido relaciones correctas...”Vorochilav permaneció un largo tiempo, lanzando toda una sarta de cosas de este género en contra de Stalin. Algunas las captaba, otras se me escapaban, pues como he dicho antes no dominaba bien el ruso, mas con todo logré comprender la esencia de la plática y el objetivo que estos dos perseguían, y me sentí indignado. Jruschav caminaba delante de nosotros y con su bastón iba tocando las coles que habían plantado en el parque. (Jruschov había hecho plantar legumbres hasta en los parques, para hacerse pasar también como un gran maestro en agricultura.)Cuando Vorochilov acabó con sus habladurías y calumnias, le dije:-¿Cómo es posible que Stalin haya cometido tales errores?Jruschov, contrariado, se volvió y me respondió:-Es posible, es posible, camarada Enver, Stalin ha hecho todas esas cosas.-Ustedes habían observado todo esto cuando Stalinestaba en vida. Entonces, ¿cómo no le ayudaron a evitar esos errores que, según dicen, habría cometido? -pregunté a Jrusohov.-Es natural, camarada Enver, que nos hagas esta pregunta, ahora ¿ves esta capusta*? Stalin te cortaba la cabeza con tanta facilidad como el jardinero puede cortar esto, y Jruschov golpeó una col con el bastón.-¡Todo está claro! -, le dije a Jruschov y ya no volví a hablar.Entramos en la casa. Los demás camaradas habían llegado. Yo hervía de ira. Aquella noche se nos serviría sonrisas y promesas para un «mayor» y más «impetuoso desarrollo» del socialismo, de «más ayuda» y «más amplia colaboración en todos los terrenos». Era el momento en que se preparaba el tristemente célebre XX Congreso, el tiempo en que Jruschov estaba caminando más rápidamente hacia la toma del Poder. Se estaba creando una imagen de dirigente mujik, «popular», que abría las cárceles y los campos de concentración, que no sólo no temía a los reaccionarios y los enemigos condenados y encarcelados de la Unión Soviética, sino que, al ponerlos en libertad, quería mostrar que entre éstos habían también « inocentes » .Ya se sabe lo trotskistas, complotadores, contrarrevolucionarios que eran Zinóviev y Kámenev, Rikov y Piatakov, lo traidores que eran Tukachevski y demás generales agentes del Intelligence Service o de los alemanes. Pero para Jruschov y Mikoyan todos ellos eran buena gente y poco tiempo después, en febrero de 1956, serían presentados como víctimas inocentes del «terror stalinista». Esta ola se iba moviendo poco a poco, se iba preparando cuidadosamente a la opinión. Los «nuevos» dirigentes que no eran otros que los viejos, a excepción de Stalin, se hacían pasar por liberales queriendo decir al pueblo: «Respira libremente, eres libre, estás en la verdadera democracia, porque el tirano y la tiranía han sido liquidados. Ahora todo anda por el camino de Lenin, está surgiendo la abundancia, los mercados van a llenarse, no vamos a saber qué hacer con tantos productos».Jruschov, este repugnante charlatán, encubría sus supercherías y astucias con pamplina s y palabrerías. Sin embargo, recurriendo a estas prácticas creó una situación favorable a su grupo. No pasaba día en que Jruschov no desplegara una desenfrenada demagogia en cuanto al desarrollo de la agricultura, no cambiara hombres y métodos de trabajo para convertirse él en único «patrón competente» de la agricultura, que emprendía tales «reformas» personales.Jruschov «había inaugurado» su escalada al puesto del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética con un largo informe sobre los problemas de la agricultura que presentó en el curso de un pleno del Comité Central, en septiembre de 1953. Este informe, que fue calificado de «muy importante», contenía aquellas ideas y reformas jruschovistas que en realidad ocasionaron a la agricultura soviética tan graves perjuicios que aún hoy se dejan sentir sus catastróficos efectos. El bullicio y el ruido montados sobre las «nuevas tierras» eran un bluf. La Unión Soviética ha comprado y sigue comprando millones de toneladas de cereales de los Estados Unidos de América.En cuanto a la «dirección colectiva» y a la desaparición de las fotos de Jruschov de los periódicos, serían fenómenos de corta duración. El culto a Jruschov comenzaba a ser movido por los intrigantes los liberales, los arribistas, los 1ameplatos y los aduladores. La gran autoridad de Stalin, fundada sobre su obra imborrable, fue saboteada dentro y fuera de la Unión Soviética. Su autoridad cedió el lugar a la de un charlatán, de un payaso, de un chantajista.
Enver Hoxha

¿Quién ha ocupado a quién?

23 de febrero de 2010 /Civilización Socialista/.-
El 21 de febrero de 2010, en el canal “Imedi”, en su programa informativo, dieron amplia cobertura a la intervención del presidente Saakashvili en la región de Joni, en el oeste de Georgia.
En este día “histórico” llevaron la canalización del gas a esta zona. El Comandante en Jefe “de las tropas legendarias del invencible ejército georgiano” con la vista de águila de Alejandro Magno, encendió solemnemente el fuego en casa de una familia de pocos recursos. El contenido de su primera frase fue el siguiente: ¿Teníais gas con los comunistas? “Nooo…” respondieron al unísono las “ovejas”, refugiados de Abjasia, quienes en época soviética tenían gas y electricidad y sus propias casas de dos pisos a orillas del mar Negro.
…”Pues ahora tenéis” exclamó el “padre de la democracia georgiana”. Seguidamente los refugiados de Abjasia, que llevan veinte años viviendo en graneros, en antiguos lavabos públicos, y algunos afortunados en lo que era “cuando los comunistas” una porqueriza de un koljos, le dieron las gracias al presidente de Georgia y le desearon éxito. Tampoco es que pasara nada del otro mundo, una campaña publicitaria televisiva más, dirigida contra el Partido Comunista Unido de Georgia, el único partido de oposición al que “Mishiko” teme como al fuego.
La gente “zombificada” por la propaganda burguesa, por supuesto creyó que los comunistas no se preocuparon de su pueblo, mientras que el presidente Misha, piensa en él, día y noche. Luego como siempre, continuaron en esa cadena televisiva con 15 minutos de lavado de cerebro, siguiendo los métodos de propaganda de Goebbels, con recurrente mención a las palabras “ocupantes rusos” y sobre la “calamitosa” situación de la diáspora georgiana en Rusia, etc.
Pero ¿qué está pasando en realidad? Recuerdo un artículo del destacado economista georgiano, doctor en economía, Vladimir KirilovichJomeriki, en el que concretamente escribe: “A pesar de que el régimen de Saakashvili, enemigo de Rusia y del pueblo georgiano, y sus lameplatos, llamen a Rusia ocupante, los georgianos con sentido común comprenden que los auténticos ocupantes de este bendito país son el gobierno antipopular y sus amos usamericanos, que son los que en realidad han ocupado nuestra patria, asentándose en todos los ministerios y gobernando Georgia desde su embajada.
La diáspora georgiana está seriamente preocupada por todos los procesos negativos que se están produciendo entre nuestros países y sufren doblemente por esa política antigeorgiana, que está llevando a cabo el criminal y vendido régimen gobernante de Georgia. La diáspora tiene un enorme potencial para la regulación de la situación. Sin embargo encuentra de parte del gobierno georgiano una resistencia patológica, etiquetando y acusando a sus compatriotas de un modo completamente arbitrario.
...Nos enorgullece constatar que nuestras diásporas regionales en Rusia cuentan con todas las condiciones para su desarrollo cultural y espiritual, y que están realmente adaptadas e integradas en la sociedad rusa, ocupando un lugar destacado en todos los campos y esferas de la vida.
Un pueblo bueno y sensible por naturaleza como el ruso entiende los problemas que surgieron en los nuevos estados del espacio postsoviético y proporciona a millones de sus ciudadanos un lugar permanente para vivir y salidas laborales. ¿Se puede acaso insultar y acusar a un país que ha tomado el papel de nodriza para más de 10 millones de extranjeros? ¿Acaso podemos únicamente exigir a Rusia un trato preferencial, ayuda económica y humanitaria, respaldo político y militar, si darle prácticamente nada a cambio y sin tener para nada en cuenta sus intereses geopolíticos?
¿Acaso pueden países que se respeten a sí mismos, cuya vida durante décadas estuviera ligada históricamente a Rusia, y que hoy se siguen aprovechando de sus mercados, comportarse como prostitutas en la acera? ¿Acaso se puede mirar a la boca de cada país occidental, esperando de ellos un elogio, y traicionar a tu socio estratégico, ante cada migaja, ante cada “caramelo oratorio”? ¿Acaso se puede llamar ocupante a un país, cuando un millón de tus compatriotas vive en su territorio y tiene unas dignas condiciones de vida?
En los territorios georgianos que Georgia (confiemos que temporalmente) ha perdido por culpa del inoperante, criminal y traidor de régimen de sus actuales gobernantes, se encuentran del orden de 5 mil soldados rusos que defienden a nuestros hermanos abjasios y osetos de las acciones criminales de la comandancia del ejército georgiano.
Me gustaría saber cómo se puede comparar eso con los 700.000 georgianos que tras la caída de la Unión Soviética se establecieron en Rusia. ¿Quién ha ocupado a quién?
Creo que eso también es de algún modo una ocupación, y Georgia ha ocupado Rusia de un modo muy exitoso, a gran escala, solo que esos ocupantes no encuentran obstáculos y gozan de todas las posibilidades para desarrollar una vida plena, confortable, y su desarrollo íntegro como pueblo.
Algo que ha quedado demostrado una vez más en la celebración en Rostov, por parte de la numerosa diáspora georgiana, de la grandiosa fiesta “Davitoba-2010”. Era la novena vez que la organización nacional cultural georgiana del Don, representada por un auténtico patriota, por una excelente y sabia persona como es Rafael Spiridovich Shiolashvili, la organizaba…”
Tiene razón el presidente de la Fundación por la unidad de los pueblos ruso y georgiano, el profesor Jomeriki, llamando a las cosas por su nombre. Rusia ha acogido en su territorio a lo mejor del pueblo georgiano, a la intelectualidad georgiana, a sus hombres de negocios.
En cuanto al nivel de democracia, qué decir cuando casi millón y medio de georgianos, por culpa de los tres regímenes pro fascistas del periodo postsoviético, viven fuera de Georgia más de diez años. Están privados del derecho a tomar parte en las elecciones georgianas, a elegir y ser elegidos. Esa es la “democracia” que tenemos en Georgia. Así es como han “ocupado” Georgia.

Akaki Alania. Secretario del CC del Partido Comunista Unido de Georgia


(Foto: El XI Cuerpo del Ejército Rojo de Obreros y Campesinos libera Georgia el 25 de febrero de 1921 del poder de los traidores mencheviques y los terratenientes)

martes, 23 de febrero de 2010

GENOCIDIO DE LA OTAN Y EEUU CONTRA YUGOSLAVIA

30 de enero de 2010
Por la Joven Liga Comunista de Yugoslavia

Hace 10 años, Estados Unidos y la OTAN bombardearon Yugoslavia durante 78 días con el objetivo de que Yugoslavia capitulase, entregara su libertad y su integridad territorial.
EEUU y la OTAN suspendieron y volcaron todos los estatutos de la Ley Internacional, los Estatutos de la Naciones Unidas, las leyes humanitarias, la protección civil, la ecología y cada aspecto de las leyes internacionales que fueron adoptadas por la Naciones Unidas.
Yugoslavia y sus 12.000.000 de habitantes fueron atacados despiadadamente por 19 de las naciones más desarrolladas del mundo que conforman la OTAN. Este bombardeo inhumano y genocida trajo tremenda devastación y mas de 3.500 personas fueron asesinadas, de los cuales 100 eran niños, y mas de 10.000 seriamente heridos e invalidados de por vida.
El daño material significó mas de US$ 100 mil millones durante este bombardeo de la OTAN, llamado “Ángel Misericordioso”. Las armas que empleó la OTAN estaban prohibidas por los estatutos de las Naciones Unidas y la Ley Internacional (incluyendo Uranio Empobrecido) y horrendos crímenes fueron cometidos por los cuales nadie se responsabilizó. La supuesta razón fue el asunto de los separatistas y terroristas Albaneses que estaban matando Serbios y haciendo limpieza étnica al desplazarlos de sus viviendas (y todo esto considerando que el principal objetivo de la OTAN era lograr la independencia de Kosovo) y así separarse de la Federación Yugoslava. Todos los países de la OTAN reconocieron esta “independencia” e inmediatamente comenzaron a construir las mas grandes bases de la OTAN en Bondstil, en el territorio sudeste de la provincia Serbia.
Pero todo salió a la luz cuando el Comandante en Jefe de la OTAN en esa época, Wesley Clark, dando un discurso en la CBS dijo: “La razón del ataque en Yugoslavia no tenía que ver con Kosovo al fin y al cabo, básicamente, no tenía nada que ver con ninguna supuesta limpieza étnica por parte de Serbia, sino que era una batalla por el futuro de la OTAN y por la credibilidad de los EEUU como potencia en la escena internacional”
La Joven Liga Comunista de Yugoslavia está agradecida de todos los revolucionarios comunistas y partidos progresistas del mundo por su apoyo incondicional que recibimos durante la guerra genocida en contra de Yugoslavia.
La lucha continuará hasta que el último soldado de la OTAN abandone Kosovo, Bosnia, Herzegovina y toda la región de los Balcanes.

HONRAN EN BIELORRUSIA A UN HEROE CUBANO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


BELARUS, 22 de octubre de 2009.-
(Foto: El Presidente de Belarús, Alexander Lukashenko, recibiendo las cartas credenciales del Embajador de Cuba en Minsk, Alfredo Nieves Portuondo).

MINSK, 2 de febrero (PL).— Belarusos y cubanos conmemoraron el 65 aniversario de la caída en combate del internacionalista cubano Enrique Vilar Figueredo, integrante del II Frente de Belarus durante la Gran Guerra Patria, indicaron hoy fuentes diplomáticas.
Una ceremonia de colocación de ofrendas florales ante el Fuego Eterno del Soldado Desconocido tuvo lugar en la capitalina Plaza de la Victoria.
El homenaje estuvo presidido por el embajador cubano en Belarus, Alfredo Nieves Portuondo, quien junto a integrantes de la misión cubana rindieron tributo al joven internacionalista, muerto el 30 de enero de 1945, a pocos días del triunfo sobre el fascismo.
Por otra parte, el Diario Militar Belaruso, órgano oficial del Ministerio de Defensa, publicó un artículo sobre el internacionalista cubano titulado: Hacia el 65 aniversario de la Gran Victoria: Homenaje a Enrique.
La publicación resalta que al estallar la II Guerra Mundial el joven cubano se encontraba en la entonces Unión Soviética y allí pidió alistarse voluntariamente en el Ejército Rojo.
Vilar alcanzó el grado de teniente y cayó heroicamente a 40 kilómetros de Polonia, cuando dirigía un pelotón que tomaba por asalto una posición nazi.
El diario lo describe como un joven sencillo nacido en Manzanillo, en el oriente de Cuba.
Los restos de Vilar reposan en el cementerio de Branevo en Polonia. Fue condecorado post-mortem por el Soviet Supremo de la Unión Soviética con la Orden de la Guerra Patria y por el Consejo de Estado de la República de Cuba, con la Orden Ernesto Che Guevara de Primer Grado.
El homenaje continuará con un encuentro en el Museo Central de la Gran Guerra Patria de Minsk, donde cubanos y belarusos conocerán más de cerca los hechos históricos y hazañas de 27 millones de soviéticos e internacionalistas muertos en la citada contienda.

El "caso Katyn" debe ser revisado

14 de febrero de 2010 /Servicio de prensa del PCFR/.-
Intervención del diputado Iliujin en la Duma, como representante del PCFR

Estimados colegas,
El 5 de mayo de 2010 en el Congreso de los EEUU se celebrará una exposición, dedicada al fusilamiento de los oficiales polacos que fueron hechos prisioneros por el Ejército Rojo en 1939 durante la inclusión a la Unión Soviética de Bielorrusia occidental y Ucrania occidental.
En el acto de inauguración está previsto que intervenga la Secretaria de Estado Hillary Clinton, así como varios congresistas, senadores y destacados políticos e historiadores.
La Administración estadounidense tiene previsto respaldar a Polonia en su versión de que fueron las tropas del NKVD de la URSS, las responsables de los fusilamientos, para de este modo tensionar nuevamente las relaciones entre Rusia y Polonia.
A partir de marzo, en Polonia se llevarán a cabo una serie de actos relacionados con la muerte de los oficiales polacos, que volverán a tener un carácter antirruso. También habrá un acto en Smolensk, donde fueron asesinados lo polacos.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin ha invitado a visitar Rusia a su homólogo polaco Tusk, en el año en que se cumple el 70 aniversario de la tragedia.
Este hecho no despertaría ningún rechazo ni objeción de no ser por una serie de condicionantes.
En 1943 Goebbels, intentando sembrar la discordia entre los miembros de la coalición antifascista, desató una detestable campaña inculpando a la URSS de ser la responsable del fusilamiento de más de 10 mil oficiales polacos. Está declaración fue respaldada por el gobierno polaco en el exilio, guiándose ante todo por el sentimiento de venganza y animosidad contra la Unión Soviética, por la derrota del ejército polaco en Bielorrusia occidental y Ucrania y la incorporación de estos territorios a la URSS.
Sin embargo toda la bazofia de Goebbels fue entonces rechazada por todo el mundo, y mientras la Unión soviética fue una superpotencia, nadie puso en duda el que los oficiales polacos fueran fusilados por los fascistas. Pero a finales de los años 80, comienzo de los 90, comenzaron a aparecer declaraciones – y no en cualquier sitio, sino en nuestro propio país- de que habían sido los soviets los que habían fusilado a los polacos. Este hecho coincidió en el tiempo con el juicio sobre la prohibición del PCUS, que había iniciado Yeltsin.
El entonces popular Alexander Yakovlev era el que preconizaba que se le atribuyesen estos hechos a la URSS, para que todo el mundo le diese la espalda a nuestro país. Después de esto tuvo lugar una gigantesca adulteración y falsificación de los archivos documentales del CC del PCUS. Pero su presentación en el Tribunal Constitucional de la Federación de Rusia en los años 92-93, terminó en fiasco. Yeltsin y su equipo desistieron de inculpar al PCUS y a la URSS del fusilamiento de los polacos, ante la falta de pruebas.
Sin embargo, el ex presidente de la URSS Gorbachov, sin estudiar ni uno solo de los documentos del archivo histórico, pidió disculpas a Polonia por el fusilamiento de los polacos. Lo mismo hizo Yeltsin. El segundo presidente de Rusia, V. Putin, no solo se disculpó, sino que transmitió una serie de documentos al gobierno de Polonia.
Hablo de esto con enorme preocupación y no solo porque considere imprescindible restablecer la justicia histórica. Actualmente, en el tribunal Europeo hay 70 demandas judiciales contra Rusia, interpuestas por los familiares de los oficiales fusilados, que exigen compensación por daños. Después de que el caso sea revisado, Polonia tiene la intención de ponernos una demanda conjunta exigiendo en compensación por el fusilamiento de los oficiales alrededor de 100 mil millones de dólares. Indemnizar deberá Rusia, nuestros hijos, y no la URSS. Podemos afirmar con poco riesgo de equivocarnos, que la demanda será resuelta a su favor, y las cuentas bancarias y propiedades de Rusia en el extranjero serán confiscadas, con el fin de dar una satisfacción real a las pretensiones polacas.
En el transcurso de varios años ha venido trabajando en el país una comisión de historiadores, diputados de la Duma, quienes han conseguido demostrar que los polacos fueron fusilados con armamento alemán, una vez que los fascistas ocupasen Smolensk y las zonas aledañas, donde se encontraban los campos de confinamiento de los oficiales polacos, en el verano, otoño de 1941. Se ha identificado a los testigos de este ensañamiento, soldados alemanes incluidos. Una serie de polacos, que se daban por fusilados, en realidad seguían vivos. Se han establecido los hechos, que pueden demostrar la falsificación de los archivos del CC del PCUS, para posteriormente pasar a manos del archivo del presidente Yeltsin.
Sin embargo la mencionada comisión ha encontrado una importante resistencia, y numerosos organismos y ministerios han tratado de impedir su trabajo. Bajo pretexto de que “ya está todo claro”, se le ha negado el acceso a una serie de archivos, a la que la parte polaca no tuvo ninguna traba para acceder.
Se le está impidiendo a la comisión el que pueda familiarizarse con los materiales de los casos que se encuentran en los archivos.
En este sentido, nuestro grupo parlamentario insiste en la creación de una comisión parlamentaria que compruebe todas las circunstancias de la muerte de los oficiales polacos, y en que la Fiscalía general reabra la investigación de la causa relacionada con los hechos. Al mismo tiempo, insistimos en la puesta en marcha de una investigación parlamentaria para esclarecer la muerte de entre 80 y 120 mil soldados del Ejército Rojo, hechos prisioneros por los polacos en 1920.
Es imprescindible impedir a Putin que repita las afirmaciones apresuradas y probablemente equivocadas sobre la muerte de los oficiales polacos.
Hemos elaborado un documental histórico sobre el fusilamiento de los polacos, que próximamente podrá verse desde la página en internet del PCFR.
Como conclusión les quiero recordar una cita de Churchill:” Al empezar una pelea entre el presente y el pasado, descubriremos, que perdimos el futuro”. Quisiéramos que el gobierno ruso dejase de combatir contra el pasado soviético, entonces el país tendrá un hermoso futuro.

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín


Fuente: http://kprf.ru/dep/75724.html

¡EL PUEBLO UNIDO!

(Quilapayún)

¡El Pueblo Unido, jamás será vencido!
¡El Pueblo Unido, jamás será vencido!

¡De pie, cantar, que vamos a triunfar!,
Avanzan, ya, banderas de unidad,
y tú, vendrás marchando junto a mí,
y así, verás tu canto y tu bandera
florecer, la luz de un rojo amanecer,
anuncian ya la vida que vendrá.
¡En pie, luchar, el pueblo va a triunfar!
Será mejor la vida que vendrá,
a conquistar nuestra felicidad,
y en un clamor 1000 voces de combate,
se alzarán, dirán canción de libertad,
con decisión, la patria vencerá.

Y ahora, el pueblo
que se alza en la lucha,
con voz de gigante,
gritando ¡Adelante!

¡El Pueblo Unido, jamás será vencido!
¡El Pueblo Unido, jamás será vencido!

La patria está formando la unidad,
de norte a sur, se movilizará,
desde el solar, ardiente y mineral,
al bosque austral,
unidos en la lucha y el trabajo irán,
la patria cubrirán,
su paso, ya, anuncia el porvenir.
¡De pie, cantar, el pueblo va a triunfar!
millones, ya, imponen la verdad,
de acero son, ardiente batallón,
sus manos van, llevando la justicia y la razón,
mujer, con fuego y con valor,
ya estás aquí, junto al trabajador.

Y ahora, el pueblo
que se alza en la lucha,
con voz de gigante,
gritando ¡Adelante!

¡El Pueblo Unido, jamás será vencido!
¡El Pueblo Unido, jamás será vencido!

¡El Pueblo Unido, jamás será vencido!
¡El Pueblo Unido, jamás será vencido!

Abduljakim Ismaílov, el tercer hombre de la instantánea de la victoria

20 de febrero de 2010 - Rafael Poch (Berlín)

Abduljakim Ismaílov, un ex oficial del ejército soviético falleció esta semana en la aldea daguestana de Jagar-Otar, en el Caucaso del Norte. Tenía 93 años. Había nacido en Jasavyurt, en la frontera de Dagestán con Chechenia. Ismailov era el tercer protagonista, y el último vivo, de la célebre instantánea con la que el fotógrafo Evgeni Jaldei inmortalizó la toma de Berlín por el ejército soviético, el uno de mayo de 1945.
El primero fue el propio Jaldei, el autor de la foto en la que los soldados soviéticos aparecen enarbolando la bandera de la URSS sobre el Reichstag de Berlín. Jaldei, un judío de Donetsk, falleció en 1997. El segundo fue el soldado ucraniano Aleksei Kovoliov, fallecido aquel mismo año, que es quien sostiene la bandera. Ismaílov es el que aparece con gorra de plato, aguantando a Kovoliov para que no pierda el equilibrio.
Cuando la foto se hizo, un día lluvioso y tras una ascensión complicada por un edificio arruinado y resbaladizo por los charcos de lluvia y sangre que había por doquier, ninguno de los tres podía sospechar la relevancia de aquello. La foto dio la vuelta al mundo e ilustró el segundo tomo de la enciclopedia soviética de fotografía, pero ellos no se convirtieron en leyenda hasta mucho más tarde.
Cinco años antes de su muerte, Jaldei me explicó en su destartalado piso de Moscú que en 1985 se había encontrado con Kovoliov que le confesó su drama de héroe anónimo. "Cuando explico que yo soy el que sostiene la bandera soviética sobre el Reichstag, noto un escepticismo socarrón alrededor", le dijo el ucraniano. Nadie se lo creía. De Ismaílov, Jaldei no me contó nada más que era daguestano. Como en Dagestán hay 29 nacionalidades y en aquella épica lñas relaciones nacionales estaban al rojo vivo en el Caucaso, le pregunté a Jaldei por la nacionalidad exacta de Ismailov. El fotografo me respondió, algo irritado, que ni lo sabía ni le importaba. "Entonces todas las naciones de la Urss eran hermanas, y nadie se fijaba en esas cosas", dijo. Al parecer Ismaílov tuvo que esperar a 1996 para ser reconocido y celebrado como uno de los tres.
En realidad ninguno de ellos fue más héroe que el anónimo "soldado Iván", genuino vencedor de la guerra, que se decidió en el Este. Allí lo que tuvo lugar fue un pulso a vida o muerte, pues los nazis consideraban a los eslavos en los últimos peldaños de su escalera racista y no preveían ningún futuro para ellos en el orden nuevo. El destino de Rusia era disolverse en toda una serie de protectorados y seudoestados bajo la batuta de la "raza superior", una actitud muy diferente al respeto que Hitler sentía hacia británicos y franceses, por ejemplo.
En el frente del Este, las ciudades y los pueblos eran destruidos, frecuentemente con sus habitantes. Murieron uno de cada cuatro habitantes de Bielorrusia, uno de cada tres de Leningrado, Pskov y Smolensk. En total más de 27 millones de soviéticos cayeron en la guerra concluida en Europa el 8 de mayo de 1945.
El Tercer Reich perdió en el frente del Este diez millones de soldados y oficiales muertos, heridos y desaparecidos, 48.000 blindados y vehículos de asalto, 167.000 sistemas de artillería. 607 divisiones fueron destruidas. Todo ello representa el 75% de las pérdidas totales alemanas en la Segunda Guerra Mundial. Para hacerse una idea, en las playas de Normandía, recordadas en Occidente como cenit de la gloria militar aliada en el frente del Oeste, se registraron 10.000 muertos, 4.300 de ellos británicos y canadienses y 6.000 americanos. En las grandes batallas del Este, los muertos se contaban por centenares de miles. En la batalla de Moscú participaron unos tres millones de soldados y 2.000 tanques. La URSS utilizó allí la mitad de su ejército, Alemania una tercera parte. Ismaílov fue uno de esos Ivanes, aunque menos anónimo que otros. Gracias a una foto.

¡FELIZ DIA DEL EJÉRCITO ROJO!


Como todos los años, el 23 de febrero se celebra el día del Ejército Rojo. En su último número, Pravda incluye una felicitación de Guennadi Ziuganov donde puede leerse: “El 23 de febrero celebramos una de nuestras fiestas principales. El estado soviético se edificó en su día sobre la base de las ideas más progresistas, lo que encontró un claro reflejo en la construcción de un ejército y una flota auténticamente populares. El secreto de sus victorias fueron los elevados principios morales de sus combatientes. El soldado soviético sabía que no luchaba por intereses ajenos. Estaba sirviendo a un estado, donde la tierra y el subsuelo, las fábricas y empresas pertenecían a todo el pueblo. Defendía a su país igual que cualquiera de nosotros hubiera defendido a su familia. La Unión Soviética era para nosotros esa familia común.
Ahora en nuestras tropas están acabando con las últimas tradiciones soviéticas. En la que ellos denominan nueva imagen de la Fuerzas Armadas, no tienen cabida los oficiales honrados, bien preparados y que piensen. Los quieren convertir en una banda de mercenarios al servicio del capital furtivo ruso.
Estoy convencido de que los intereses de Rusia solo los puede defender un ejército auténticamente popular, que aúne el profesionalismo con elevados principios morales. El PCFR lucha por un ejército así.
Feliz día del Ejército Soviético.

(Extraído de http://www.gazeta-pravda.ru/)

Los españoles del Ejército Rojo

El Día 23 de Febrero de 1918, la Guardia Roja, compuesta de campesinos, obreros y soldados, derrotó a fuerzas muy superiores compuestas por tropas contrarrevolucionarias de oficiales y burgueses. Ese día nació, el Ejército Rojo: la herramienta de defensa de la Revolución de Octubre. Si bien al principio se nutrió de las milicias de obreros de las fábricas de Leningrado y Moscú, poco a poco se fueron agregando los soldados que volvían del frente desmovilizados, los campesinos que querían la tierra nacionalizada para que no volviera a los terratenientes, en suma, mujeres y hombres cuyo ejemplo los hizo inmortales para todas las generaciones que desean una sociedad en libertad, el Comunismo.
En este artículo, vamos a exponer el ejemplo de los españoles para quienes la Unión Soviética fue su casa de acogida cuando huían de la barbarie fascista.
El sentimiento de la mayoría de la población soviética por los españoles fue de manifiesta solidaridad y entrega por la lucha de la República. Durante los tres años de guerra contra los militares golpistas, se siguieron los avances y retrocesos de las fuerzas del Frente Popular en las diferentes ciudades soviéticas. Gracias a ese interés, se avivaron las asociaciones de amistad hispano-soviéticas y se divulgó extraordinariamente la historia progresista de España y su relación con los pueblos soviéticos. En las escuelas, se impartían clases sobre acontecimientos como la Constitución liberal de 1812, la lucha como la suya contra Napoleón, el triunfo de la sublevación liberal de Riego en 1820 (comentada por Marx) y su influencia en los círculos revolucionarios como serían más tarde los “Decembristas”, las aproximaciones que desde entonces realizaron a la cultura española escritores y artistas como Pushkin, las sublevaciones campesinas de 1848, las huelgas de 1909 y 1917, y así hasta la sublevación militar. Todo este bagaje cultural (historia, canciones, poesías, relatos populares) favoreció un interés especial por la suerte del pueblo español, un cariño sincero hacia los españoles que fueron evacuados a la URSS tras la derrota.
Alrededor de 3.000 niños y niñas fueron alojados en colonias situadas en Moscú, Leningrado, Odessa, Jarkov, Saratov, Eupatoria, Kaluga, Unískaia, y Kiev. Las colonias de los alrededores de Moscú se llamaban Pravda, Tarasovskaia, Pedagoskaia y Omniskoie (En la foto se observa a varios de aquellos niños transformados en abuelos). La enseñanza se hacía en castellano y gradualmente en ruso, para que no perdieran el contacto con su idioma a fin de volver a la península cuando hubiera un régimen libre. Los educadores eran sobre todo profesores españoles exiliados de los Cuerpos Milicianos de Cultura que se alternaban con educadores soviéticos.
El resto de exiliados (alrededor de 3.000) se integraron sin muchas complicaciones en la sociedad soviética, como su segundo hogar. Los comunistas que llegaron entraron a trabajar en las principales fábricas de Moscú, Leningrado, Jarkov, Kiev, etc. Fueron nombrados obreros de choque por la calidad y cantidad de su producción. Muchos de ellos obtuvieron el título de “stajanovistas” por sus logros en la emulación del trabajo. Para ellos era una vida muy plena y creadora. Las fábricas soviéticas eran verdaderas universidades de relaciones humanas y de conocimientos. Forjándose en el espíritu soviético del trabajo creativo, aprendieron oficios y participaron como camaradas en la construcción del socialismo.
Un caso particular fue el de los marinos y aviadores. Después de terminar la guerra en España, nueve buques republicanos se encontraban en puertos soviéticos. Eran buques principalmente mercantes, con 100 marinos aproximadamente, que fueron autorizados a volver a España si lo deseaban. Así ocurrió con unos cuantos, en el Otoño de 1939, vía Turquía. Pero la mayoría no volvió, se quedó en la marina soviética mercante y de guerra, y un pequeño número ingresó en la Infantería de Marina.
En cuanto a los pilotos, 200 jóvenes estaban en la escuela de Kirovabad. en la república socialista soviética de Azerbaiyán, cuando terminó la guerra de España. Muchos piden que sus conocimientos se apliquen en la lucha de los comunistas chinos de Mao Tse-Tung contra las fuerzas japonesas, y, de no ser posible, piden integrarse en la Fuerza Aérea Soviética. Pero todos son reintegrados a la vida civil. Por aquella fecha los conocimientos de todos los españoles eran más importantes en las instituciones y fábricas, para la construcción del socialismo.
Todo cambió aquel 21 de Junio de 1941. El imperialismo alemán quería aplastar a los soviets, con la connivencia de los “aliados capitalistas”, quienes quedaron impasibles ante la invasión nazi. Contaban con una fácil victoria hitleriana. Pero ese idealismo burgués –que no cuenta con los seres humanos porque solamente los concibe como un instrumento de los poderosos- infravaloró la capacidad del pueblo trabajador soviético. Desde el primer día, la unidad del ejército, de las milicias, de las mujeres, de los habitantes de los territorios ocupados se convirtió en un plan único de batalla. El Partido Comunista Bolchevique, desde el principio de la guerra, movilizó a toda la población a fin de que sufriera lo menos posible, trasladándola, junto con los enseres y fábricas, hacia la retaguardia. Con aquellos millones de desplazados iban los españoles, y, si bien al principio sus peticiones de ingresar en el Ejército Rojo fueron desoídas, poco a poco la mayoría sí logró su integración.
Especialmente importante fue el papel de los que ingresaron en los destacamentos guerrilleros. De acuerdo con un muy meditado plan de abrir a las fuerzas nazis nuevos frentes de combate en su retaguardia, en cada república soviética se constituyeron pequeñas, medianas y grandes agrupaciones que, junto a la población civil sometida, tenían la misión de contribuir a la mayor destrucción posible de material de guerra, de efectuar la exploración y envío al Consejo de Defensa Central de todas las informaciones sobre el enemigo, de llevar a cabo el exterminio de la mayor cantidad de fascistas posible y de procurar la elevación moral y toda la ayuda material posible a la población de los territorios ocupados por los nazis.
Tras esas líneas, se enviaron los míticos “paracaidistas rojos” que han quedado en la historia como un ejemplo increíble de abnegación, compromiso social y testimonio de que la guerra de una sociedad socialista contra el enemigo que quiere destruirla la realiza todo el pueblo. Para ello, la clase obrera envió su vanguardia, su herramienta de combate, su Partido Comunista, y, en particular, envío a sus mejores y más esforzados combatientes tras las líneas enemigas.
La mayoría de estos conscientes militantes y comunistas sabía que posiblemente no regresaría, pues tendrían que luchar contra fuerzas muy superiores en número y armamento, pero por su conciencia y compromiso con el proletariado se lanzaban a estas difíciles misiones. Entre ellos, se encontraban un número muy importante de exiliados españoles, con un conocimiento militar importante adquirido del 36 al 39, junto con una metódica preparación de dos a tres meses en escuelas especiales de adiestramiento guerrillero. La mayoría de ellos eran miembros del Partido Comunista de España. Más que las palabras, son los hechos los que avalan la importancia de su participación en el Ejército Rojo.

Modesta contribución hacia la victoria sobre el nazifascismo

Aún hoy no se sabe cuantos participaron, pero sí aproximadamente cuantos cayeron: 204, según Enrique Lister. Su participación fue contundente. Estuvieron en los frentes de Leningrado, Moscú, Frentes Internos de Bielorrusia y Ucrania, Frentes del Caucaso y el Kubán, Frente Polaco, Frente Checo y Toma de Berlín. Encuadrados en las Divisiones de los Ejércitos de Operaciones del Ejército Rojo, Ejércitos de la Guardia y Ejércitos de Choque, además de las fuerzas de Designación Especial enviadas a territorios ocupados.
Setecientos veinte españoles fueron condecorados con diferentes órdenes militares a su valor: desde la Bandera Roja hasta órdenes por la liberación de ciudades. Tres con la Orden de Lenin: Fco. Gullón, Jose Mª. Pascual y Caritat Mercader. Uno con la de Héroe de la Unión Soviética a título póstumo: Rubén Ruiz Ibarruri.

Consignar su aportación requeriría varios libros. Pero sí daremos varios ejemplos:

* Había 15 españoles en uno de los destacamentos de paracaidistas más combativos, que operaba alrededor del Cuartel General de Hitler en el Frente (Zona de Vinistsia), y cerca de la Capital de los Territorios ocupados (Reichkomisariat): el destacamento de Guerrilleros Rojos del comandante Dimitri Mvediev. Sus acciones fueron de relevancia especial. En él, actuó el célebre guerrillero Nicolai Ivánovitch Kuznetsov, Héroe de la Unión Soviética, ejecutor de los criminales nazís de la “capital nazi de Ucrania” Rovno, liquidando a los principales jerarcas bajo las órdenes del gobernador. Diversos exploradores, asimismo, ejecutaron a los principales jerarcas nacionalistas ucranianos, además de extender entre los ocupantes una intranquilidad y un pánico que llevaron a los habitantes de los territorios soviéticos sometidos a un grado de lucha increíble. Además, aniquilaron a una de las unidades de la Gestapo más siniestra, los “destacamentos de la Muerte” del General Pipper, cuyos métodos eran incendiar las aldeas con sus habitantes dentro de las casas.
Los datos registrados de destrucción causada a las fuerzas nazis solamente por las Brigadas Paracaidistas de Designación Especial (OMSBON) parecen de ciencia-ficción, si no fuera porque están muy consignados por las propias Fuerzas Armadas Soviéticas: desde 1941 hasta la finalización de la guerra, causaron al enemigo 137.000 bajas entre soldados y oficiales; descarrilaron 1.145 convoyes militares y 5 trenes blindados; destruyeron 1.232 locomotoras, 13.180 vagones y plataformas rodadas, 2.177 camiones militares, tractores, motocicletas; volaron 148 kilómetros de vías férreas, 335 puentes, 145 tanques y blindados; derribaron 51 aviones de combate y bombarderos; estropearon o inutilizaron 426 kilómetros de cable telegráfico y telefónico. Además, contribuyeron de forma importantísima a la Batalla de Moscú.
* Por las aldeas del Kuban ocupado por los alemanes, las autoridades de la Wehrmacht hicieron distribuir, durante el invierno de 1943, unas hojitas escritas en lengua rusa: “Los habitantes que ayuden a los grupos españoles que andan por el Kubán serán castigados severamente”.
* Una de las jóvenes leningradenses que lucharon contra el asedio alemán se llamaba María Pardina Ramos, llamada por los soviéticos “Marusia”. En el frente actuó de enfermera en la Sección de Sanidad de la 3ª División de Voluntarios. En plena línea de fuego rescató a 15 heridos, antes de ser ella misma alcanzada. Recibió a título póstumo la Orden de la Bandera Roja. Y no fue la única. Otras muchachas y chicos destacaron en dicho asedio.
* Hoy, en la Avenida de los Caídos, en la ciudad de Stalingrado, un monumento se eleva a la memoria de las nuevas generaciones. Sobre el frío mármol se puede leer: “Rubén Ruiz Ibárruri. Héroe de la Unión Soviética”. Cubrió con el fuego de ametralladoras a su unidad cerca del caserío de Vlásovska, rechazando ataque tras ataque nazi, cubriendo todo el campo de cadáveres fascistas hasta que una bala segó para siempre la vida del Teniente de la Guardia, el cual falleció el 3.09.1942.
* “Era un español valiente y digno. Murió como había vivido, como había luchado: como un héroe. Nosotros no lo olvidaremos nunca”. Así se expresaba, con la voz velada por la emoción del momento, el jefe soviético de los morteros “Katiusha” después de enterrar los restos –los pocos restos hallados- del teniente de la guardia Santiago de Paúl Nelken. Murió en los accesos a Berlín.
* José Sandoval recuerda que, en una ocasión, un soviético le comentó que, en la Guerra de España, habían fallecido doscientos soviéticos y que. en la Guerra contra los nazis. fallecieron otros doscientos españoles por defender la URSS. Le dijo: “parece un intercambio de sangre por sangre”.
* La confianza del Consejo Estatal de Defensa Soviético en los combatientes españoles era de tal calibre que, en los terribles días del ataque alemán a Moscú, le fueron encargados a la 1ª Compañía del 1º Regimiento Motorizado de Tiradores (125 españoles, entre ellos 6 mujeres) puntos clave de la defensa del Kremlin. Allí, a la luz de las estrellas, en la Plaza Roja, se oyeron las estrofas de esta canción: “Si me quieres escribir y saber mi paradero, si me quieres escribir y saber mi paradero, en el frente de Moscú, primera línea de fuego”; los soviéticos que circulaban aquellos helados días decían: “estamos seguros, nos guardan nuestros ‘spantsi’ (españoles)”.
* En 1945, Emilio Vilaró Ustrell enarboló en el balcón de la embajada española franquista de Berlín las banderas de la hoz y martillo y la republicana, con la ayuda de los camaradas soviéticos que tomaron el búnker de Hitler.
Este artículo va dedicado a aquellos camaradas y luchadores imbuidos del sentimiento universal soviético de la Solidaridad y Amistad entre los Pueblos. Por el Internacionalismo Proletario y en la confianza de continuar su ejemplo en la lucha por el Socialismo.

Fuentes consultadas:
La guerrilla soviética. Dimitri Mvediev. Editorial Destino Barcelona 1971.
Memorias de un luchador. Enrique Lister. Editorial González del Toro. Madrid 1977.
Los españoles de Stalin. Daniel Arasa. Editorial Vorágine. Barcelona 1993.
Relatos de un guerrillero comunista español. Josep Gros. Editorial ATE. Madrid 1977.
Sobre el pasado en aras del futuro. Editorial Agencia de Prensa Nóvosti. Moscú 1985.
Españoles en la resistencia. Alberto Fernández. Edita Zero S.A. Bilbao 1973.
No hay niños extraños. Nadezhda Azhguíjina. Editorial Novostí. Moscú 1988.
Rusia y España. Mijail Alekseiev. Seminario y Ediciones, SA. Madrid 1975.

Homenaje comunista en Vladikavkaz al 92 Aniversario de la Fundación del Ejército Rojo de Obreros y Campesinos

Vladikavkaz es la capital de la República Autónoma de Osetia del Norte integrante de la Federación Rusa. Allí, los comunistas y patriotas celebrar un nuevo aniversario de la creación del Ejército Rojo.

La seguridad social soviética

"Apoyándose en los Soviets de diputados de obreros, soldados y campesinos, el Gobierno obrero y campesino comunica a la clase obrera de Rusia, así como a los humildes de la ciudad y del campo que emprende inmediatamente la edición de decretos sobre el seguro social completo" - Maestro Lenin.

Introducción

La creación de la seguridad social soviética nace ya de la mano con la Revolución de Octubre, el Poder Soviético aprobó poco después mas de 100 decretos y leyes, entre ellos pensiones a trabajadores y inválidos que derramaron su sangre en defensa de la Revolución. Junto con estos decretos nace para su gestión el "Comisariado del Pueblo para la Asistencia Social" , a su cabeza estaba la Camarada Alexandra Kolontai (foto).
El Comisariado en sus inicios tuvo terribles problemas económicos que impedían materializar los decretos sociales, esto era debido a la guerra mundial, la guerra civil y el contubernio imperialista de 14 estados capitalistas que invadieron la joven República Soviética con el objetivo de "ahogar el niño aun que esta en la cuna" que diría Churchill respeto a la Revolución Soviética.
También se tubo que enfrentar el joven Comisariado al enemigo interno, como sabotajes y robos de los funcionarios del antiguo de ministerio de caridad social.
Poco a poco el Comisariado pudo ir materializando los decretos, mas de medio millón de personas empezaron a recibir por primera vez en su vida pensiones estables, sobre todo inválidos de guerra, del trabajo o sus familias.
Ya sin el Gran Lenin, el Camarada Stalin y los Bolcheviques siguieron aplicando el genial plan Leninista, a principios de los 30 gracias al rápido crecimiento económico que permitía la planificación de la economía en planes quinquenales permitió que el ambicioso plan de pensión por vejez fuera materializado.
En 1936 nace la Constitución Soviética, la mas progresista de la historia, aun hoy no ha sido superada por ninguna otra constitución.
Ahora ya no eran leyes o decretos, eran derechos constitucionales, la Constitución garantizaba y el Estado cumplía. La nueva Constitución Soviética traía dos artículos fundamentales sobre la que edificaría la seguridad social soviética en el futuro:
Artículo 119.-- Los ciudadanos de la URSS tienen derecho al descanso.
Garantizan el derecho al descanso la jornada laboral de siete horas para los obreros y empleados y su reducción a seis horas para las profesiones cuyas condiciones de trabajo son difíciles, y a cuatro horas en las secciones en que dichas condiciones son especialmente difíciles; las vacaciones anuales pagadas para los obreros y empleados, y la existencia de una extensa red de sanatorios, casas de descanso y clubs, puestos a disposición de los trabajadores.
Artículo 120.-- Los ciudadanos de la URSS tienen derecho a la asistencia económica en la vejez, así como en caso de enfermedad y de pérdida de la capacidad de trabajo.
Garantizan este derecho el amplio desarrollo de los seguros sociales de los obreros y empleados a cargo del Estado, la asistencia médica gratuita a los trabajadores y la existencia de una extensa red de balnearios puestos a disposición de los trabajadores.
A partir de este momento cada Ciudadano Soviético, desde que nace hasta los últimos instantes de su vida sera objeto de continuo desvelo del Estado Soviético, sobre todo los mas desprotegidos, osea los inválidos, los niños, los mayores y las madres.

Inválidos

En la Unión Soviética los inválidos tenian la protección total del estado, como la pensión de por vida garantizada y gratuidad de todos los tratamientos, existían tres grados de invalidez:
- Total, para las personas que no podía trabajar y necesitaba cuidados permanentes.
- Parcial, para las personas que podían ejercer un trabajo en medida de sus posibilidades
- Relativa, para las personas que por motivos de salud o físicos no podían seguir desempeñando su trabajo.
El Estado se encargaba de facilitar trabajos especiales a los inválidos en donde podían cobrar el salario de su trabajo y ademas su pensión.

Niños y Madres

La madre y el niño desde el embarazo hasta la edad adulta del niño recibía el constante desvelo del Estado, veamos como se hacia posible:
La mujer nada mas quedarse embarazada era dada de baja, en donde cobraba su salario, tras el nacimiento del niño tenia un año de vacaciones, con el nacimiento del primer hijo se daba una cantidad de dinero para los cuidados especiales de los primeros meses, si la madre tenia mas hijos recibiría el doble de dinero, era una manera de fomentar la natalidad, si la familia era numerosa el estado les daba un piso de alquiler (los precios del alquiler fueron los mismos siempre, los que existían en 1928) con el suficiente numero de habitaciones.
Para conciliar la vida laboral y familiar las madres tenían casas cuna y guarderías con un costo del 30% del total.
Si un hijo enfermara podría cualquiera de sus padres pedir la baja pagada.

Jubilaciones y Pensiones

En la Unión Soviética la jubilación siempre fue a la misma edad:
- 60 años hombres.
- 55 años mujeres.
Si los trabajos eran especialmente duros la jubilación podía ser 5 (hombres y mujeres) o 10 (hombres) años antes. Las mujeres si tenian cinco o mas hijos, o uno invalido podían jubilarse a los 50 años.
Las cotizaciones para recibir la pensión completa era haber cotizado 25 años los hombres y 20 las mujeres, eso no era problema ya que en la Unión Soviética no existía paro y la estancia en el ejercito o los estudios cotizaban, también los periodos de baja.
Existían pensiones especiales para aquellos Ciudadanos que hubieran contribuido de forma extraordinaria al Socialismo o la causa Comunista en el mundo, como podían ser los Héroes de la Unión Soviética o los Héroes del Trabajo, etc.

Derechos laborales

Por baja por enfermedad se pagaba el 100% del sueldo.
Posibilidad de seguir trabajando tras la jubilación, cobrando la pensión y el 65% del sueldo medio.
Existían trabajos lejanos y/o duros que necesitaban un tratamiento especial, por ello aparte de la jubilación anticipada 10 años existía otra posibilidad, como la de continuar trabajando y cobrar el salario y la pensión.

Consideraciones

Quizas vea que faltan ciertos derechos, como pueden ser por ejemplo los subsidios por paro, pero este tipo de derechos no tienen sentido en un país Socialista, en donde el paro (azote de la clase obrera), fue liquidado en los años 20, la ultima bolsa de trabajo en la Unión Soviética cerro en 1930.

domingo, 21 de febrero de 2010

2 de cada 3 rumanos en el limite de la pobreza

19 de febrero de 2010 /Un Vallekano en Rumania/.-
Segun un sondeo de CURS, 2 de cada 3 rumanos tienen problemas para llegar a fin de mes y estan en el limite de la pobreza. La crisis economica y su efecto en los ingresos de los ciudadanos rumanos, al igual que las medidas del gobierno para enfrentarla, son el objeto de esta encuesta que demuestra que la situacion vivida hoy, en 2010, es bastante peor y mas preocupante que la de incluso los años mas duros del socialismo antes de 1990 (por lo menos para los trabajadores, puesto que las grandes fortunas ahora viven mucho mejor).
Asi, y segun la encuesta de CURS, para el 41% de los rumanos sus ingresos mensuales les cubren solamente los gastos de estricta necesidad, aunque tienen problemas para llegar a fin de mes, mientras que un 25% ni siquiera tienen para cubrir los gastos básicos. Solo un 2% de los entrevistados consiguen todo lo que necesitan sin problemas.
Un 54% de los rumanos viven peor este año con relacion a enero de 2009. Solo un 8% responden que viven mejor que hace doce meses, y un 1% afirman que mucho mejor (¿seran miembros del gobierno o algunos de sus amiguetes empresarios?). El resto, un 37%, afirman que no han sentido ningun cambio en el ultimo año, sin especificar si viven igual de mal que antes o igual de bien (yo me inclino por lo primero).
La mayoria, un 64%, sostienen que los ingresos le han sido disminuidos poderosamente tras el inicio de la crisis, y solo un 34% afirman que la disminucion ha sido pequeña (pero disminucion al fin y al cabo).
Las señales de recuperacion no se ven por ningun lado: un 77% de los rumanos piensan que las cosas van hacia peor. Solo un 20% de los entrevistados creen que el gobierno y sus medidas venceran a la crisis economica.
Los ciudadanos quieren puestos de trabajo y pensiones mas altas. Pero las perspectivas son sombrias. Mas de la mitad de los entrevistados creen que Rumania va a permanecer sumida en una poderosa crisis por lo menos otros tres años. Solo el 5% cree que la crisis terminara este año, y un 12% que la salida del tunel sera el año que viene.
Segun la encuesta, los tres principales problemas que deben resolverse con urgencia son los siguientes: la creacion de puestos de trabajo (40%), el aumento de las pensiones (21%) y el aumento de los salarios (10%). Les siguen en la lista la mejora de la sanidad, el combate contra la corrupcion, la agricultura y la bajada de los impuestos.
Preguntados por cuales son las medidas que deberia adoptar prioritariamente el gobierno actual, han subrayado el crecimiento de las pensiones (algo que como se ve preocupa bastante en un pais donde los pensionistas viven en la miseria) y la subida del salario minimo a 740 lei por mes (185 euros). Unas reinvindicaciones bastante tristes, si tenemos en cuenta que en Rumania los precios son similares a otros lugares de Europa, debido a la primacia de productos importados frente a la produccion propia. 185 euros de salario minimo mensual es una cantidad ridicula para un pais miembro de la UE, que ademas tiene un salario medio de apenas 300 euros/mes, cuando sin embargo las banderas de azules de las estrellitas amarillas ondean con orgullo por todo el pais como si eso bastara para ser dignos.
Un tercio de los participantes defienden tambien la idea de aumentar los impuestos a los que ingresen mas de medio millon de euros. En Rumania el gobierno liberal de Tariceanu, llegado al poder en 2004, aprobo la ley del impuesto unico, no progresivo, segun la cual todos pagan el mismo porcentaje impositivo de sus ingresos. Una medida que, como la mayoria de las tomadas por los gobiernos tras 1990, beneficia solamente a los mas ricos.