9 de abril de 2010 /La Voz de Rusia/.-
Hace 65 años, el 9 de abril de 1945, las tropas soviéticas tomaron por asalto Königsberg. Los alemanes consideraban esta ciudad la mejor fortaleza alemana en toda la historia del país. Hitler la llamaba "el bastión absolutamente inexpugnable del espíritu alemán".
Durante la II Guerra Mundial los prisioneros de guerra llevados a la esclavitud fascista cavaron en Prusia Oriental decenas de miles de kilómetros de trincheras, fosos antitanque, crearon potentes líneas de defensa con campos minados. Las fortificaciones se construyeron con especial intensidad tras la victoria del Ejército Soviético en las batallas de Stalingrado y de Kursk.
La vía hacia Königsberg pasaba por ciudades bastiones de Prusia Oriental, reforzadas con fortines de muchos pisos con instalaciones subterráneas de hormigón armado. Estaban coronados con robustas torretas blindadas.
En encarnizados combates de la operación de ofensiva en Prusia Oriental las tropas soviéticas superaban estas líneas de defensa de hormigón armado, hierro y piedra y rodearon Königsberg, cuenta el participante de la II Guerra Mundial, doctor en Historia Oleg Rzheshevski.
El propio asalto comenzó el 6 de abril. Se distinguió por un encono inaudito. Durante el asalto las tropas soviéticas comandadas por el mariscal Vasilevski aplicaron por primera vez la táctica de inicio del ataque de la infantería antes de terminar la preparación artillera. El asalto duró tres días y tres noches. El 9 de abril sobre la torre Der Dohn, donde hoy día se encuentra el museo de ámbar, fue izada una bandera roja que marcó el fin de la historia alemana de esta ciudad.
El comandante de la fortaleza, general Otto von Lasch, junto con la guarnición (100 mil bayonetas) se rindió. Se entregaron a las tropas soviéticas 3.5 mil cañones y morteros, cerca de 130 aviones y 90 tanques.
Hitler al enterarse de la caída de Königsberg se puso furioso. Era la ciudad de su ídolo: el rey y jefe militar prusiano Federico el Grande cuyo retrato el führer siempre llevaba consigo. Por eso su venganza fue monstruosa. Ordenó exhumar y dispersar al viento las cenizas de los parientes finados de los generales y oficiales que entregaron Königsberg y a ellos mismos condeno en contumacia a la pena capital.
Gracias a esta operación de ofensiva en Prusia Oriental las tropas soviéticas desmontaron el principal puesto avanzado histórico del militarismo germano. También liberaron parte del Norte de Polonia. Derrotaron por completo más de 25 divisiones nazistas. Desarticularon las comunicaciones marítimas alemanas en el Báltico Norte.
En la noche del 9 al 10 de abril de 1945 Moscú disparó salvas en homenaje a los valientes héroes del asalto a Königsberg. Entonces tronaron 24 disparos de 324 cañones. Fue instituida la medalla Por la Toma de Königsberg, o que se hacía tan solo si se ocupaba la capital de un país. Todos los participantes del asalto que dieron muestras de firmeza sin par, intrepidez y heroísmo colectivo, fueron condecorados con esta medalla. Alrededor de 200 combatientes fueron distinguidos con la Estrella de Oro del Héroe.
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