7 de mayo de 2010 /José Luis Forneo/.-
Como ha definido el lider de la Social Democracia rumana, Victor Ponta, lo que está imponiendo el gobierno titere del FMI en Rumania es un "genocidio social", aunque lo que no ha dicho es que su partido sigue compartiendo los principios que han provocado la dramática situación actual.
Si de hecho, la catastrofe social se inicio hace 20 años, mediante el saqueo de la riqueza del pais y la condena de millones de ciudadanos al hambre y a la emigracion, ahora el capitalismo se esta quitando todas sus mascaras para mostrar con menos maquillaje su caracter fascista.
Victor Ponta afirma que "no va a ser complice del genocidio", pero lo cierto es que, como todos los partidos social democratas del mundo occidental (lease nuestro P$OE, o la socialdemocracia griega, entre otros), lo ha sido hasta ahora, y la cosa no tiene visos de cambiar.
En definitiva, para salvar los intereses multinacionales, se castiga a los trabajadores. Al igual que sucede en Grecia, donde el 60% de la deuda está en manos de los bancos alemanes, en Rumania sucede algo parecido y de proporciones , aunque no iguales, cada vez mas similares (salvo en la respuesta popular)
El gobierno, que ya ni siquiera se esfuerza en uno de los trabajos esenciales de los gobiernos de ideologia capitalista, fingir que ellos toman las decisiones, está perdido y no sabe muy bien como obedecer correctamente las ordenes del FMI. Si empezó anunciando que subiria el IVA y la cota unica, hoy las noticias han cambiado, tras la indignación generalizada que provoco su decision.
Traian Băsescu ha salido a la palestra publica y ha asumido las órdenes del FMI en nombre de Rumania (al final, la justificación). Las nuevas decisiones se centraran solamente en los funcionarios, y dejaran tranquilos, de momenta, a los capitalistas privados. Asi, el gobierno ha decidido (bueno, todos sabemos quien lo ha decidido realmente) reducir un 25% los salarios de los funcionarios, incluyendo una norma que permite a los jefes de las instituciones despedir a los que pretendan mantener su sueldo; reducción de un 15% en las pensiones y en el desempleo, y reduccion del salario minimo para funcionarios de 750 lei a 600 (150 euros).
Todo esto, por supuesto, sin renunciar a los mas de 100.000 despidos anunciados para este año 2010.
La catastrofe social que se viene encima es tremanda. Un funcionario que gane 400 euros pasara a ganar 300, un pensionista que gane 700 lei (unos 170 euros) pasara a ganar unos 500 (125 euros), una situación que llevará al evidente aumento de la tasa de pobreza en Rumania, ademas de reducir la capacidad de consumo brutalmente, lo que afectará sin duda tambien a la economia (¿o en este caso la sacrosanta economia no importa?) .
Por otro lado van a coexistir dos salarios minimos en el pais, uno para trabajadores privados, y otro para trabajadores públicos, lo que no se hasta que punto es legal e, igualmente, en que medida no esta fomentando que el salario minimo general tienda también hacia abajo.
En fin, que el gobierno rumano continua intentando solucionar las consecuencias de su sumisión al capital, motivado generalmente por los intereses personales de sus miembros, amigos y familiares, y su dependencia de bancos y organismos internacionales, maltratando a su propio pueblo, al que la bonita teoria liberal dice que es fuente de la soberania nacional, aunque ni siquiera es el propio gobierno, su supuesto representante, quien toma las decisiones.
viernes, 7 de mayo de 2010
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